Comida rápida es hasta un tercio de la oferta para becados de Junaeb

Cadenas han intensificado promociones para este público que dispone al año de unos $240 mil per cápita para alimentación.  

RENÉ OLIVARES:

Hamburguesa más bebida a mil trescientos pesos. Pizza napolitana más bebida por la misma plata. Cada vez son más las empresas de comida rápida que han hecho convenios con las concesionarias de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb) y que promocionan menús por el dinero que cubre diariamente el programa de alimentación para estudiantes de educación superior.

Al revisar los acuerdos de una de las empresas que administran la beca, Sodexo, se puede apreciar que de los 1.070 restaurantes afiliados en la Región Metropolitana hay 346 (32%) que son reconocibles como lugares de venta de comida rápida. Es decir, una de cada tres opciones para los jóvenes corresponde a comida calificada como poco saludable por los expertos.

En otra firma que gestiona el beneficio (Edenred, ex Accor), la oferta es más variada, pero igualmente se incluyen los locales de comida rápida en alrededor del 20% del total de las opciones que le entrega a los becarios.

En el caso de Sodexo, el restaurante con mayor número de locales adheridos es Doggi's, con 63 puntos. Le siguen Telepizza, con 59, y McDonald's, con 39. Todo esto sólo en la Región Metropolitana.

Atraer a los jóvenes cada año se hace más interesante para estas cadenas, pues cada becado cuenta con un monto de doscientos cuarenta mil pesos al año ($1.300 diarios, casi 20 días al mes), y durante el último tiempo el beneficio ha crecido en forma acelerada.

Esta situación contrasta con las políticas de alimentación que existen para niños vulnerables de la educación básica y media, donde se exigen ciertos requisitos de nutrición a través de pautas llamadas "minutas de alimentación".

Sin embargo, para los convenios de educación superior -beca que se define por criterios académicos y de vulnerabilidad, por lo que sus beneficiarios debiesen ser los mismos que durante la etapa escolar- sólo se exige la existencia de un menú "saludable" en la carta de los restaurantes asociados, sin ninguna otra obligación.

Ante esta situación, el director del Centro de Nutrición Molecular y Enfermedades Crónicas de la Universidad Católica, Federico Leighton, sostuvo que "es preocupante la poca continuidad de la política pública en esta materia, porque en definitiva no nos estamos alimentando bien. Hay momentos en los que se corrigieron algunos vicios, pero hay que seguir avanzando".

Leighton cree, además, que sobre el caso particular de lo que ocurre con las becas de educación superior, la responsabilidad es compartida entre el Estado, que financia, y el individuo, que decide.

"Si las empresas de alimentos proceden así es porque los clientes le piden. No es un problema de las compañías, sino de quienes piden sus servicios, y es ahí donde falta educación y no empezar a prohibir", agregó el especialista.

El origen de esta dicotomía en las políticas de la Junaeb estaría en que la beca de alimentación superior está administrada por el programa de becas y no por el de alimentación escolar, según comentó una fuente cercana a la institución.

El problema, a juicio de Leighton, está en la velocidad que toma subsanar este tipo de situaciones, que generalmente es más lenta que el avance del incentivo de las empresas hacia sus consumidores, más aún con la nula normativa de la autoridad, lo que a largo plazo atentará contra la salud de estas personas.

Aunque la Junaeb -entidad dependiente del Ministerio de Educación- es quien administra estos beneficios estatales, el que fija las políticas nacionales en materia alimenticia es el Ministerio de Salud, organismo que evitó participar en esta nota.

CONTRATOS

Los convenios de alimentación universitarios no expresan mayores exigencias.

2.200 restaurantes en convenio existen a lo largo del país.

76 casinos universitarios están afiliados al sistema de becas.

35% de los escolares de 1º básico sufren algún grado de obesidad.

200 mil raciones diarias son entregadas en recintos educacionales.

Retraso en licitación pondría en riesgo alimentación escolar 2011.

Otro de los puntos que han generado especulaciones al interior de la Junaeb es el retraso de la nueva licitación del Programa de Alimentación Escolar, que debió ser adjudicada en noviembre, pero tras varias objeciones de la Contraloría, ello no se ha concretado.

Una de las modificaciones fundamentales que contendrán las nuevas bases de licitación es el cambio en las minutas alimentarias, que son la guía para la preparación de las comidas por parte de los concesionarios.

Aunque el 35% de los niños que cursan primero básico en nuestro país es obeso, o tiene algún grado de sobrepeso, y la Organización Mundial de la Salud declaró la epidemia de obesidad hace más de 20 años, las minutas nutricionales que hasta este año utiliza la Junaeb están concebidas bajo el precepto de evitar la desnutrición infantil.

Los problemas con la licitación -que es por un monto anual que supera los $ 200 mil millones- podrían afectar la distribución de los alimentos a los escolares cuando comience el año escolar 2011.

Según una fuente ligada a la institución, los reparos eran esperables y tienen que ver con que se trata del cambio más importante que se han hecho a las becas de alimentación desde su creación.

La Contraloría, por otra parte, también cuestionó las rebajas en las multas cursadas por la Junaeb a distintos concesionarios de casinos de escuelas y liceos, en sucesivos informes de fiscalización. Las disminuciones llegan hasta el 70% del total de la multa, sin que hubiese una justificación técnica para ello.

"El Mercurio" hizo requerimientos sobre estas situaciones a Junaeb, sin obtener respuesta hasta el cierre de esta edición.

Publicado el 28/12/10
Fuente: Emol


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